Lo que me duelen son los restos que me quedan.
Verte sonreír sin ganas.
Que sigan confundiendo sonrisas
con felicidad.
y no relacionen los abrazos
con intentos desesperados de pedir
sinceramente,
que te quedes.
Que no me llamases,
que lo hicieses tarde
que ganara mi silencio
que siguieras con las armas cuando yo ya no sabía
por qué
estábamos luchando.
Tus intentos fallidos
mis correctas recaídas nocturnas
los sueños inoportunos
Estas ganas de pedirte lo que sea, pero vete.
Que me veas diferente,
aparente mente
reconstruida
Que escupieras sobre nuestras ruinas y ahora quieras acariciarlas como con pena.
Como con nostalgia.
La indiferencia y el silencio no pueden dar lugar a otra cosa, ¿No crees?
De qué cojones nos quejamos cuando hablamos de este final tan incomprensible.
Que si, que yo también te hiero.
Sigo queriendo ganarte, a veces, a ver quien recuerda menos.
Que si, que yo también me echo de menos.
Y si, te han cambiado el envoltorio pero me conozco tus carreteras, tus huidas, tus pesadillas, tus cosquillas, tu lunar. Me conozco tus aspiraciones y las que niegas.
Y esas ganas de romperte cuando sientes que no perteneces a ningún sitio.
Lo que nos unió, ganas de encontrar nuestro lugar. Algo hemos hecho mal porque seguimos buscándolo.
Qué coño, no hicimos nada bien.
Menos lo de creernos invencibles.
Les diste en el gusto
y a mi la decepción de una vida
y otras cicatrices.
Me gusta escribirte
porque sé,
que no lo vas a leer nunca
pero te mueres por saber que te escribo.
Desde donde sea.
Hasta el odio te parece bien si escribo tu nombre con mis dedos en todas estas cenizas.
Que mi recuerdo
siga dándote
orgasmos
Hasta cualquier otro error después de cualquier copa, corazón.
Hasta cualquier llamada inesperada después de estar borracha de recuerdos.
Hasta que seas incapaz de recordar,
hasta que te duela.
Hasta que entres en mi boca pidiendo que destroce este silencio, y yo te muerda.
De amor y de otras des espera ciones.
Como si nunca te hubieras roto ante mis ojos, así vives.
martes, 27 de agosto de 2013
lunes, 12 de agosto de 2013
Mi pequeña.
Puedo escribirte una poesía,
y decirte que
poesía
se parece, un poco,
a lo que siento cuando sonríes.
Sabiendo que eso me ha salvado la vida tantas veces.
Puedo escribirte y soñarte,
diciendo que parte de mi
y parte de lo que quiero ser,
aunque no te lo creas.
Puedes calmar mi mar,
llorar mis risas.
cambiar mi mundo.
Nada ni nadie
en toda
mi
existencia
podrá compararse
acercarse,
o parecerse
a ti.
Y qué más da donde quede mi vida si tu corazón sonríe
que me rompan si sé que nunca más volverás a llorar
Vas a ser la única persona a la que quiera durante toda la vida.
y decirte que
poesía
se parece, un poco,
a lo que siento cuando sonríes.
Sabiendo que eso me ha salvado la vida tantas veces.
Puedo escribirte y soñarte,
diciendo que parte de mi
y parte de lo que quiero ser,
aunque no te lo creas.
Puedes calmar mi mar,
llorar mis risas.
cambiar mi mundo.
Nada ni nadie
en toda
mi
existencia
podrá compararse
acercarse,
o parecerse
a ti.
Y qué más da donde quede mi vida si tu corazón sonríe
que me rompan si sé que nunca más volverás a llorar
Vas a ser la única persona a la que quiera durante toda la vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)