Miedo.

Por qué confundes el amor

con tu irremediable miedo

a mirarte al espejo

a escuchar tu corazón oscuro cuando cae la noche.

No te gustaría ver.

Intento regar tus flores pero odian el sol

y sus espinas rajan los pétalos 

está todo lleno del silencio de tus no latidos

de la falta de tus silbidos en el aire

de la falta de tu mente en este plano

Mis paredes son la cárcel en la que dejaste de respirar

Mis letras secas, cansadas de sangrar que no me abrazas en mi enfermedad y que yo no pude salvarte de la tuya

Tan humana

Tan insuficiente

A veces recuerdo que reíste y me aferro como si fuera la puerta a la eternidad después de la muerte

Te prometo que el mundo es peor desde que no estás

y que el dolor del pecho no se ha ido

ni un sólo segundo

¿Qué va a llenarme tu vacío?

¿Quién va a mirar nuestro jardín?

¿Cómo llevo un año y medio respirando sin ti?

Eres la razón para que yo haya nacido

y me lo recuerdo cada vez que me siento culpable de que lata el mío y no el tuyo

No te gustaría ver 

No te gustaría 

Me sangra tu muerte por los ojos.

Humanos

Cuerpos errados confundiendo siluetas

marcas de aguja en donde te da miedo mirar 

muñecas olvidadas pesadillas en tus noches

todo lleno de catástrofe humana

dulce idilio natural

un engranaje perfecto y salvaje 

respiran

emigran

viven

humanos sólo piensan y la mente no es vivir

humanos sólo ego y la maldad 

sólo existe en ellos

no puedo curaros

hablan amor pero cadenas

hablan amor pero inculcan 

reparten

destruyen sólo por miedo, por egoísmo 

por individualidad

no hay lucha porque mi cuerpo sólo es 

mi mente no soy yo y puedo 

hablarme desde tantos lados

no hay lucha conmigo porque ya estoy muerta

porque no puedes hacerme daño

porque ya no me cabe

Porque maltrato gritos golpes

maltrato

gritos

golpes

desde siempre

y suicidios en mis manos

y destrucción y os dio

miedo

mirar

cuidar

acercarse

soledad

yo ya sólo tengo miedo a no poder salvarlas.

¿Se pueden quemar las notas?

¿Se pueden quemar las notas?

Has roto a las luciérnagas

tienes el pecho manchado

tu silencio y el mío siempre fueron poesía

no eres

nada más 

que teatro

mis manos me aprietan

cómo viste un faro en el barro

eternidad o suceso

niños que lloran mentiras

cómo no ibais a ser 

si insultáis al dolor con letras vacías.

Relámpagos.

Aún te escucho en los relámpagos
dentro de mi los cuervos están ciegos
se apaga magenta la luna
y de sus dientes caen luciérnagas.

Los he visto respirar sin saber ahogarse
coser sin haberse cortado las muñecas

he encontrado la respuesta dentro de un muerto
he tenido miedo del espejo.

Si ella habla yo no existo
y la espiral vuelve a ser gris.

Los pinceles de sus ojos me tiemblan los recodos.

No quiero olvidar.

Escribirme
para desangrarme
donde nadie más me encuentre.

Demasiados vacíos en mi cabeza. 
Si se me secan las letras 
y ni me llaman los cuervos.

Si me encuentro releyendo-me
en todos mis cuadernos.

Si sigue vivo porque se mueve dentro de mi pecho.

Que amo mis letras.
Que tú respiras.
Que no sé si existe el tiempo.
Que sólo es mío.
Que nada es mío. 
Que mi cuerpo cárcel
mi mente a veces enemigo

Que no puedo dormir y a nadie le importa.

Que callan con pastillas mis gritos
los que nadie escucha.

Que he luchado por vivir conmigo misma.
Que no sabes lo que es estar dentro de mi cuerpo.
Que una parte de mi sangre no es parte de mi.

Que repito
NO me importa
el tiempo estimado
para la supuesta superación.

Que lo quiero dentro.
Que no quiero olvidar que todo era mentira.

Que no te arriesgas a perder lo que más quieres
y no te quedas quieto si se va.

Ansiedad

La ansiedad me visita

a veces, 

vestida de recuerdo.


Me dice que el pánico es solo una de sus facetas 

y 
que me echa de menos.


Me sé cada una de sus mentiras, 
y ella cada uno de mis escondites
así que, cuando me besa,

cierro los ojos


y espero a que termines.



He improvisado soluciones a todas las verdades en las que ya no creo. 
He dormido abrazada a tus excusas como quien se aferra al último segundo de noche
y le teme al sol.

He podido comprobar la eternidad de una promesa, las evoluciones de un recuerdo.


He mirado a mi asesino a la cara y le he dicho:
aquí, 
apunta aquí, corazón.

             Que te beso los destrozos y te acurruco en mis heridas.




Me han convertido en su único motivo y he desaparecido 
tan rápido 
como duraba esa madrugada.

He besado desconocidos 
que no me recordaban a ti

y he conservado toda la hipocresía con la que me mandas recuerdos.


                                                      Nunca pensé que un silencio pudiera sonar tan fuerte.






He cosido motivos para huir a mis desesperaciones.

He tragado te quieros que me resbalaban por la garganta 
y han muerto entre lágrimas 
que nadie
ha limpiado después



He escuchado latidos, poesías baratas 

que no decían

absolutamente

nada.

¿De cuántas despedidas estamos hablando?


Me he intoxicado con "te echos de menos" que no era capaz de soltar por mi boca
he escondido ojeras que mostraban que el insomnio ocupaba tu lado de la cama 

desde que no dormías abrazado a mi espalda,


mientras te dibujaba
la eternidad 
con los dedos


en todas las partes de tu vida.


                                                                               
                                                                               Y qué frío está tu lado de la cama, corazón.